CARTA A MARIANA, CON UNA MEMORIA GENIAL

Alejandro Molinari

Querida Mariana: te mando copia de portada del libro “Memoria del Museo Arqueológico de Comitán, 1983 – 2013”
Si alguien menciona la palabra memoria de inmediato pensamos en la primera acepción que da el diccionario: “Facultad psíquica por medio del cual se retiene y recuerda el pasado”, pero todo mundo sabe la validez del dicho: “Más vale tinta pálida que brillante memoria”; es decir, lo que se pone por escrito tiene mayor seguridad que la memoria personal. Por ahí también circula una máxima latina que, traducida al español, dice: “Lo escrito permanece, el verbo vuela”. Por eso, se celebra un libro que es memoria, porque, como es el caso, nos permite a los lectores tener a la mano datos mínimos de una historia, personal o institucional.
En este libro nos enteramos que el 28 de agosto de 1993 se inauguró el Museo Arqueológico de Comitán, que está ubicado en el edificio donde anteriormente funcionó la gloriosa Escuela Federal Doctor Belisario Domínguez, institución donde estudiaron muchos niños, en los años sesenta. Estos alumnos tuvieron el privilegio de contar con una puertita que los llevaba a la cancha de básquetbol, que servía para los torneos locales y tenía tribunas, la famosa cancha J. Pantaleón Domínguez, que luego se convirtió en el Gimnasio Municipal Roberto Bonifaz Caballero, donde se celebraron encuentros deportivos de grata memoria.
¡Mirá, ya apareció otra vez la palabra memoria! Vos sabés que tengo una memoria escasa; entre los dones que me otorgó el destino, la memoria me llegó por pringues, pero trato de valorar ese chisguete y honrarlo, porque la memoria es la flor más hermosa del jardín de la mente. Así digo que en esa cancha una tarde, al lado de cientos de espectadores, presencié un acto espectacular: la participación de los famosos Harlem Globetrotters (que en mi escaso inglés traduzco como los trotamundos de Harlem), que era un equipo de basquetbolistas estadounidenses que poseían una gran destreza en el manejo del balón. Verlos era un deleite, eran todo un show.
Un día, cancelaron la puertita de la escuela a la cancha, ésta fue techada y se convirtió en el gimnasio municipal, y la Escuela Federal estrenó nuevas instalaciones y el edificio se utilizó para la Biblioteca Pública Regional Rosario Castellanos Figueroa y para el Museo Arqueológico de Comitán.
Pero dije que el museo se inauguró en 1993, ¿por qué entonces la Memoria tiene como inicio el año de 1983? Ah, porque todo tiene un inicio. Esta Memoria da cuenta de cómo se llega al momento de la inauguración del museo. Es una historia fascinante.
No sé cuántas personas de Comitán jamás han entrado a conocer este museo. Siempre es así, en todos los pueblos del mundo. Cuando viajamos se nos hace visita obligada acudir a algunos museos, porque las guías turísticas lo sugieren. En la Ciudad de México es imposible visitar todos, porque son muchos, muchísimos. Pero, cuando estamos en nuestros pueblos perdemos esa capacidad de turistas e ignoramos esos espacios geniales. Nuestro Museo Arqueológico de Comitán es de gran belleza. En esta Memoria nos enteramos de la historia para su creación y de la importante labor de difusión cultural que ha hecho, porque en el transcurso del tiempo no sólo ha puesto a disposición las salas de exhibición permanente, sino que ha realizado una formidable cartelera con charlas, conferencias y exposiciones temporales.
No recordaba, pero ahora que hojeé la Memoria mi cabecita se alumbró con la luz del recuerdo. ¡Sí! Tuve el privilegio de visitar la exposición que se llamó “La plumaria de Brasil”, donde los espectadores vimos una serie de objetos que artesanos brasileños realizan con las plumas de aves de la Amazonia. Mi vista se llenó de colores y diseños. Esto que te cuento da una idea de la importancia del Museo Arqueológico en nuestro desarrollo cultural.
Esta Memoria ha refrescado esa impresión. El libro es modesto, pero es una síntesis soberbia de muchos de los actos culturales realizados hasta 2013. Algún día aparecerá la Memoria que dé cuenta de los años más recientes, porque la difusión no ha cesado.
¿Por qué 1983? La Memoria dice que en 1970 iniciaron los trabajos de reconstrucción y limpieza de la zona arqueológica de Chinkultic, pero en 1983, se abrió la oficina del INAH en Comitán. María Trinidad Pulido Solís (quien laboraba en la Casa Museo de Morelos, en Ecatepec, estado de México) y Jorge Pineda Martínez (quien laboraba en el Museo de Antropología, de la Ciudad de México) se trasladaron a Comitán y se hicieron cargo de la oficina. Ese fue el inicio de la historia. De entonces a la fecha han pasado ya 48 años, han pasado muchos funcionarios. María Trinidad Pulido Solís ya falleció. El 1 de junio de 2018, la Universidad Mariano Nicolás Ruiz Suasnávar y la Casa Museo Doctor Belisario Domínguez reconocieron sus aportes a la cultura comiteca y le realizaron un homenaje póstumo con la develación de una placa que permanece en la Sala de Arte Carlos J. Mandujano García.
La memoria, así, con minúscula, es un gran aliado para la historia de los pueblos, para la identidad de las sociedades. Debería escribirse con mayúscula. Acá, en esta carta, he usado la mayúscula para designar el libro que da cuenta de los actos culturales realizados, son muchos. Digo que el inventario de actos ha continuado, pero el recuento de veinte años de funcionamiento del museo da cuenta del trabajo de esta institución.
Lo que comparto con vos es la relación que aparece en la Memoria del Museo Arqueológico; la verdad, es de gran riqueza, porque consigna todo lo que este Museo ha hecho en favor de la cultura de la región.
Ahí están sus salas, riquísimas en elementos prehispánicos de la zona. Digo que quien no conoce este museo ha perdido una buena oportunidad de acrecentar su conocimiento. Ahora que se conmemoraron quinientos años de la caída de Tenochtitlán en manos de los conquistadores españoles también apareció el debate de la brutalidad de ese hecho histórico, pero, asimismo, afloró el deseo de conocer más acerca de nuestro pasado prehispánico. Ya mirás que ahora, en el Paseo de la Reforma, de la Ciudad de México, en el lugar donde estaba una estatua de Cristóbal Colón ahora colocarán la réplica de la “Joven de Amajac”, obra prehispánica que a inicios de este año fue descubierta por el INAH en una zona de Veracruz.
Ya dijimos que México es mezcla de la cultura prehispánica y la cultura que trajeron los españoles. No podemos negar ninguno de estos elementos, porque sería tanto como mutilarnos. Comitán, de igual manera, está conformado por la cultura maya y la cultura española. Nuestro lenguaje es un dialecto del castellano, pero tiene palabras de lenguas indígenas. Cuando vamos al Museo Arqueológico de Comitán y vemos la grandeza de las obras que realizaron las personas que habitaron esta zona antes de la llegada de los conquistadores reconocemos la luz que desde siempre nos ilumina. Entendemos su cosmovisión y admiramos, sólo como ejemplo, las urnas funerarias que modelaron en barro.
La memoria da cuenta de una exposición fotográfica de templos de Chiapas; de una conferencia del sitio arqueológico Tenam Puente; de una exposición de nacimientos tradicionales (ah, los nacimientos, ahora tan escasos, porque ya en todas las casas ponen árboles navideños); de una conferencia de Yaxchilán (ya te conté que cuando conocí esta zona quedé maravillado, ninguna otra zona arqueológica me había impactado de tal manera); de una exposición fotográfica del México antiguo; de una exposición de calaveras literarias; de una conferencia acerca de los dioses de Bonampak; del festival cultural que se efectuó en Tenam Puente; de una muestra de un entierro prehispánico; de una exposición de los monumentos funerarios del panteón municipal (nuestro panteón tiene muchos elementos arquitectónicos de gran riqueza); de una exposición de orquídeas; de una muestra fotográfica de reinas de la feria de agosto de Comitán; de fotografías de haciendas de Chiapas; de…
Uf. Es imposible en esta carta dar cuenta de todos los actos consignados en esta Memoria. Por eso, digo, es importante consignar en papel los recuerdos. Cuando, después de veinte años, hacemos una revisión de lo hecho, el mundo toma otra dimensión. Hay un trabajo continuado a favor de la cultura.
POSDATA: Vos y yo tuvimos oportunidad de platicar una vez con el maestro Carlitos Navarrete, quien fue el iniciador, por parte del INAH, de la zona arqueológica de Chinkultic. En este museo hay una muestra de piezas que él rescató de la Cueva de Los Andasolos. Es una muestra genial del arte prehispánico. Este museo es una joya de Comitán.