Alex Gómez
Como si se tratara sobre alguien que sólo se tiró un pedo, AMLO minimiza la situación de Chiapas.
“Sí, ya lo estamos viendo” suelta al más puro estilo del Chompiras cuando le insultaban y trataba de no hacer caso.
Incluso se aventura a decir una barbaridad que nos pone a los chiapanecos en contexto: “lo que sucede en Chiapas no representa ningún riesgo para la seguridad y la gobernabilidad”.
Mientras en nuestro Estado nos hundimos precisamente en lo contrario, para el presidente de todos ustedes, ese en quien muchos siguen creyendo, todo está bien.
No busquemos una solución en un Gobierno Federal que anda más preocupado por sus candidatos destapados.
No busquemos una solución en un presidente que ha perdido completamente la brújula de la realidad.
Es claro que no sólo el Gobierno Federal tiene las soluciones, pero cuando vemos que la autoridad en Chiapas es de risa, realmente de risa y vergüenza, uno guarda esperanza en que desde arriba se mande una orden tajante.
Pero con ese tono del “síiii, ya lo estamos viendo”, que no muestra el más mínimo interés en verlo, entonces ya no sabe uno ni a quién encomendarse.
Nuestro Estado ha sido prácticamente abandonado pero tampoco crea que todo ha sido sólo indiferencia inconsciente del presidente, sino todo lo contrario.
En la entrega pasada le contaba que el nene consentido Zoé Robledo se había quejado con su padrinito porque en Chiapas no le obedecieron.
Y obviamente que en el titipuchal de temas que están sucediendo en el Estado hay dos factores importantes a tomar en cuenta para permitir esa explosión social.
1.- Que el enviado de Palacio no tiene buenas relaciones personales con el gobernador y por ello al ejecutivo estatal lo están dejando prácticamente solo (como para darle una lección).
2.- A la autoridad estatal le ha faltado valor en todos los sentidos: le ha faltado producto de gallina al seguir manteniendo a una incompetente como secretaria de gobierno, le ha faltado producto de gallina al seguir manteniendo a una Fiscalía disfuncional.
Pero, sobre todo, le ha faltado producto de gallina al levantar carpetas de investigación contra esos lidercillos tapa carreteras y mandarlos al bote por un buen tiempo.
Claro que después de hacerlo habrá algún conflicto, pero a la larga, por fin se hará respetar la Ley y las cosas estarán en calma.
Puede ser cuestionado y mucho, pero en el sexenio de Pablo Salazar, bastaba una bullita mínima en las carreteras para aplicar la Ley y hacer valer el Estado de Derecho.
En este sexenio pareciera que se sigue la escuela de un imberbe como Manuel Velasco, donde cualquiera bloquea por la razón que sea.
Y a todo eso súmele que a quien menos le importa la realidad de Chiapas, contrario a lo que dice, es precisamente a Andrés Manuel López Obrador.
Tan es así que asegura, con una parsimonia que da coraje brutal, que lo que sucede no es ningún riesgo para la seguridad y gobernabilidad.
3 DÍAS DE UN CHIAPAS MUERTO
Han sido tres días consecutivos donde un grupo de católicos violan todos los derechos frente a la cara de una inoperante autoridad.
Y esos tres días son sólo una carta más de la muerte política de un sexenio en el cual se tenían muchas esperanzas.
Tres días donde la carretera más importante de Chiapas e incluso del sureste mexicano está bloqueada.
En 10 metros de ancho, un grupo de católicos se han cargado a la economía de la chiapanecada y también de muchos extranjeros.
Han matado del mismo modo que lo hicieron con los árboles, a los sueños de la gente que esperaba una reactivación económica después de lo mal que nos ha ido con el Coronavirus.
Pero han sido tres días, tres carajos días consecutivos sin una sola, ni una sola acción de la autoridad para ver la luz al final del túnel.
Y como si de burla se tratase, ayer se sumó otro bloqueo a menos de 10 kilómetros de los árboles caídos.
No gobierno, no son usos y costumbres, no son temas religiosos donde no hay que meterse.
Acá hay que fajarse bien el cinturón para de una vez por todas comenzar con la limpia social que Chiapas necesita.
Y esa limpia debería comenzar desde los mismos trabajadores del Gobierno que no hacen absolutamente nada en la oficina encargada de la gobernabilidad.
Los empresarios de Comitán andan gastando su propia paga para que en el norte del país volteen a ver a nuestro municipio, porque si la gente visita a Chiapas, si visita a Comitán, nos va bien a todos.
Pero el Gobierno del Estado hace su parte al permitir los bloqueos, hace su parte al no aplicar la Ley, hace su parte al prácticamente boicotear las acciones que deberían ser para nuestro beneficio.
Chiapas es una total vergüenza, Chiapas es el Estado donde los grupos de redes sociales encargados de reportar bloqueos tienen más seguidores que el mismo gobierno.
Pero que no sorprenda, en Carranza son ya meses de un conflicto donde prácticamente sólo falta que le pongan cemento y varillas a una caseta de cobro (para que usted dé su dinero porque la gente de ahí no puede trabajar por estar bloqueando).
Que no sorprenda que el tema de Mitzitón vaya para largo, impidiendo el paso en la vía más transitada.
Y, sobre todo, que no sorprenda que arreglándose lo de Mitzitón, al siguiente día haya otro bloqueo que ponga en aprietos a la gente.
Total, la autoridad se mueve por otros medios y en otras carreteras.
Han sido tres días de un Chiapas muerto, asesinado por las mismas autoridades.
Escríbame a letra.capitalcomitan@gmail.com