ECO, PRIORIDADES COMPLICADAS

Alex Gómez

Desde el principio y hasta el final, quien asesora al presidente falla terriblemente.
Emmanuel Cordero caracterizó su gobierno por hacer silencio, por el mutis cuando debía alzar la voz.
Por ello es lamentable que con las cosas como están, ahora se haga el ofendido y salga a querer desmentir cosas.
Si es trabajador del Ayuntamiento o no quien estuvo involucrado en un accidente vial es lo menos importante de lo más importante.
Pierde de vista que no hay control de vialidades, que el personal encargado de vigilar ese rubro está rebasado por mucho.
Promete que fortalecerá los programas de alcoholímetro y uno se pregunta, ¿Por qué tiene que haber una situación de esas para que entonces diga que activará protocolos que deben ser de cajón?
El ya casi saliente presidente de todos ustedes falla en demostrar qué es lo que le importa dejando de lado lo que sí debería importarle.
El salir como niño regañado en redes sociales, con un mensaje (por cierto todo mal escrito) revela que lo único que le preocupa es enemistarse con medios de comunicación, polarizarse ante la sociedad y cuidar únicamente su persona.
No estuvo cuando se informaron sobre las muertes de varias mujeres, no estuvo cuando las organizaciones abusaron ya en demasía de la sociedad, no estuvo con la ola de asaltos y robos a casa habitación.
Ah, pero surge un rumor sobre una persona involucrada en un accidente vial e insisto, como niño regañado sale a dar un mensaje en redes sociales.
Más que presidente, parece muchachito despechado, parece un joven berrinchudo que espera siempre reconocimiento y nunca hace una autocrítica.
Reitero: si el involucrado o la involucrada pertenece o no al Ayuntamiento, eso ya la autoridad lo va a determinar.
Y conociendo cómo son (ni siquiera lo harán público para cuidar la imagen de una administración municipal).
Así que por favor Emmanuel, enfócate en lo importante y si de verdad quieres salir a dar cara a los problemas, hazlo donde de verdad importe la voz del presidente, no sólo donde hieren tu ego y tu centro de trabajo.
En lugar de verse bien, se hace lamentablemente el ridículo con ese tipo de acciones porque en todo caso, debería hacerse como un boletín oficial y no sólo con un joven que usa sus redes sociales para quejarse nada más.
Lamentable.

OTRA VEZ ABANDONADOS

Terrible lo que viven (o no han dejado de vivir) los trabajadores de la salud.
Ayer, para quitar otra vez la venda de los ojos para los que creen que estamos “bien”, se volvieron a manifestar en el Hospital Covid más grande de Chiapas.
Sí, pareciera que se trata de un deja vu, pareciera que estamos viviendo algo que ya vimos alguna vez.
Esos guerreros que son vanagloriados tanto en los discursos políticos sufren en la realidad cuando son abandonados por esas autoridades que tanto los presumen.
Están otra vez con carencias en equipo de protección, son la primera línea de combate contra el Coronavirus y lo hacen prácticamente con la única defensa que han tenido desde siempre.
Con pancartas, lonas y voces cansadas y hartas, revelan cómo está la situación al interior de los nosocomios.
A Zoé Robledo por ejemplo lo mandaron para que se pavoneara supuestamente organizando la vacunación pero echando también ojo a las cosas en los hospitales.
Presume ese político consentidazo en sus redes sociales cómo se avanza las cosas para vencer al Coronavirus.
Sin embargo y como era previsible: los mismos trabajadores le tiran su teatro y falsedad con datos puros y sin palabrerías.
El Gobierno del Estado sigue presumiendo que somos el Estado que se ha mantenido más tiempo en verde.
Pero en el fondo, ese hospital más grande de Chiapas está a tope de su capacidad, otra vez tiene incluso sobrecupo y ya no hay más camas.
Es claro que la pandemia ha tomado mucha fuerza (tal vez incluso nunca la perdió pero estaba ahí aguardando para nuestro momento más débil).
Los trabajadores de la salud no pueden más y no se trata de regañarlos o decirles que renuncien, tal y como lo hacía el chafirete secretario de salud.
Se trata de entender su realidad y de verdaderamente sensibilizarse con su situación y agradecer su esfuerzo dotándolos de lo mínimo necesario.
No tiene caso que los espectaculares los pongan con fotos sonriendo y poniendo la leyenda de “gracias”.
No tiene caso que les digan héroes e incluso en su honor le pongan nombres a torneos deportivos si en donde realmente se necesita los abandonan.
Como sociedad hemos sido imprudentes y hemos sido parte fundamental para que las cosas no mejoren.
Como gobierno y autoridad han fallado al mentir a la gente diciendo que las cosas van mejor, cuando no es para nada así.
Ellos sólo han hecho lo que su desesperación les ha provocado: alzar la voz para pedir lo que se necesita.
El Coronavirus, por su parte, sigue ahí, creciendo ante la necedad, ante la incredulidad y ante la inoperancia de muchos, especialmente de quienes más deberían operar.
Por ello, es terrible lo que viven (o no han dejado de vivir) los trabajadores de la salud.

SOPA DE LETRAS

Hay calles en Comitán que se quedaron meses cerradas y cuando por fin las abrieron, quedaron peor; es lamentable que se haya agotado hasta la última gota de paciencia con la situación vial para darse cuenta al final que se realizó un pésimo trabajo y algo en lugar de mejorar empeoró; incluso hay vialidades que parecen caminos rurales en vez de calles de una ciudad, porque quedaron con más tierra que pavimento; los baches son tapados con tierrita nada más y bastará una lluvia de las buenas para revelar lo mucho que preocupa a una autoridad un tema tan importante como la infraestructura vial…

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