“FIESTAS PRÓXIMAS”

“Un gran paso para
caminar en paz,
es dejar de culpar a
otros por tu sufrimiento.”

Gautama Siddharta; <>

Dedicado desde tiempo atrás y para más, a todos los héroes de capa blanca, verde, azul, gris o negra, que siguen siendo nuestros máximos combatientes; los soldados de la primera línea de batalla, que nos defienden y que aún siguen luchando infatigablemente por nosotros contra esta dura enfermedad. A Ustedes mi reconocimiento, mi respeto, mi cariño y mi esfuerzo.

F. Darinel

EL CAMINO DE HOY

Inicio
El primer día de festejo grande dentro de las poblaciones grandes de las festividades de muertos; debo de aclarar, porque es diferente en las comunidades indígenas, pues allá los festejos inician el 20 y 21 de octubre, aunque de todos modos el 31 es también día de el primer gran festejo para honrar a los muertos, de esta forma el día 31 de octubre es el día para honrar a los niños muertos dentro de las familias, o sea que es el “Día de los ángeles” que tiene una connotación de ternura y risa.

Preparativos
Bueno, pues según los cuentos de los abuelos de mi mamá y también lo que ella recuerda, ellos le decían y recordó a su vez, que el día 31 de octubre muy, pero muy temprano antes de que iniciara la primer misa de la mañana, la gente iniciaba a preparar los altares, donde ponían comida, donde abundaban dulces y golosinas diversas de la región, porque como llegarían “los angelitos” a comer, debían existir ese tipo de viandas para que estuvieran felices los niños.

Listos
Luego la gente, que en ese entonces la mayoría era católica, se iban todos a “misa de 7”, fuera el día que fuera y religiosa y respetuosamente atendían los oficios de la homilía, pero se regocijaban en el momento de la consagración del vino y el pan (la hostia tío), y aseguraban que en ese justo momento bajaban los angelitos del cielo; los niños muertos, y al parecer bajaban muy hambrientos, pero no había problema, porque ya los esperaba harto kinsanto.

Bastantes
Hacia las 12 del día, se escuchaba una nutrida y atronadora cohetería en todas direcciones de la ciudad, pues en muchísimas casas, máxime donde conmemoraban o habían muerto niños, los habitantes de esas casas salían a quemar de dos a tres cohetes, pues como la tasa de mortalidad infantil de aquellos ayeres era alta, pues entonces eran muchos los hogares donde se hacía la quema de cohetes, que aunque pocos, sumados todos, eran muchos.

Fiesta
Y salían a quemar esos dos o tres cohetes los habitantes de las casas, porque con ello daban a conocer que estaban alegres, que estaban de fiesta porque esos pequeños seres amados;, estaban seguros, por ahí andaban corriendo, llenando de risas y ruidos las casas, comiendo e imaginando tal vez, que los miraban con sus caritas llenas de miel por el kinsanto dulce que habían comido y justo a esa hora también; como todos los días, repicaban las campanas.

Era
Y es que repicaban tenuemente las campanas al medio día y en la tarde, por el angellus y por “la oración” de la tarde, pero el día 31 eran más escuchadas esas campanadas del medio día por la fiesta de que en casa estaban los niños, aunque ya por la tarde, en la misa de la noche; sino mal recuerdo lo que me contó ese libro vivo que era mi madre, la de siete de la noche, la gente de nueva cuenta acudía en grandes grupos, porque iban a despedir a todos los angelitos.

Vuelta
Pues aseguraban que de nueva cuenta, en el momento de la consagración del vino y el pan de esa misa, era el momento en que los niños muertos, los angelitos, le decían de nueva cuenta adiós a sus familiares y volaban otra vez al cielo, donde al parecer por unas horas el dueño de el limbo les había permitido bajar a hacer felices a sus familiares, y tal vez así quedaban felices; satisfechos, de imaginar que sus niños habían venido otra vez al hogar triste.

Primero
Por eso es que al otro día, el día primero de noviembre los niños vivos; sin ir disfrazados en esos entonces, salían por la tarde-noche a pedir kinsanto o “comida de muertos”, tradición que hasta ahora se practica en nuestros días, y así, al llegar a la casa donde pedían comidita, tocaban y luego recitaban lo siguiente: “Ángeles somos / del cielo venimos / kinsanto queremos / si no nos dan / con Dios lo pagaran”, y esperaban pacientemente salieran a verlos.

Cambio
Si les daban qué bueno, sino se retiraban en paz, pero ahora van disfrazados de monstruos, demonios y otros personajes lúgubres, y ya no muy dicen el estribillo o rima que les he anotado, sino que dicen otras cosas, y aprovecho para comentar que aquello de: “calabacita tía”, no es precisamente o propio de la tradición regional, eso de que ahora pidan así, y en el caso que sólo les digan “tené vé” dicen o gritan: “que muera la tía”, pero eso todavía vale más.

Realidad
Aunque no tanto el disfraz, que es una copia del halloween sajón y pasa como quiera que sea, pero es mucho mejor pedir “calabacita tía”, que halloween o “dulce o truco”, que eso lo han visto y copian de las películas holliwodenses y de la televisión, los niños actuales, donde tiene que ver el embate de los medios de comunicación, donde sobresale la televisión, y eso ha cambiado esa tradición, pero las cosas también son así, porque no hay fronteras para la fiesta.

Tradición
Si llegan los niños a sus casas el domingo por la tarde-noche a pedirles kinsanto o “calabacita tía” ojalá y les obsequien cositas y que hayan dicho lo que es nuestro, que es el kinsanto y qué mejor si les enseñaran ese pedimento tradicional, pero si les piden halloween o “dulce o truco”, ojalá y también les digan que eso no es nuestro, por eso en los sucesivo hay que enseñarles con paciencia aún más, pero no dejen de darles, porque muchos de esos niños salen por pedir comida, que en su casa no hay.

Entendamos
Y salen a pedir kinsanto o “calabacita” y se arriesgan a los muchos peligros de hoy, aunque esta vez no haya tantos niños, aunque los niños muy pobres ven en ese día una oportunidad de poder tener comida sin que los regañen, por eso “invertirán” con mucho esfuerzo en una mascarita y así salir a pedir comida, y para aquellos que salen a acompañar a sus hijos a pedir kinsanto, si lo hacen, pues háganlo con alegría y con amor a la tradición y la tierra y los cuidados sanitarios.

Agregando
Por cierto y de acuerdo a lo que me contó mi mamá hace años, me dijo que allá por la década de los 30’s del siglo pasado, todavía se practicaba dentro del catolicismo clásico “la oración”, que ya comenté, y era la práctica diaria la cual la realizaban todos mediante un toque de campana especial, a las doce del día y a las seis de tarde, y ahí donde se encontraban las labores paraban, los hombres se quitaban el sombrero, bajaban la cabeza con la mano en el pecho.

Coincidencias
O bien se ponían de hinojos y las mujeres; si tenían a mano un rebozo, se cubrían la cabeza y oraban en silencio, una práctica muy parecida a las tres oraciones que realizan los musulmanes durante el día, que casualmente esas dos oraciones católicas, se realizaban en los mismo horarios de la tarde, y esta tradición era tan firme, que hasta “Cri-cri”, “El grillito cantor”; Don Francisco Gabilondo Soler, lo consignó en una de sus canciones, de barrio por cierto.

Tierna
Esa es su famosa canción “Gato de barrio”, que por cierto es mi favorita de él, y el párrafo de esta canción en donde se encuentra consignada esta tradición lo cito a continuación: “Que bonito es mi barrio / sobre todo en las mañanas / cuando sale echando chispas el camión / alueguito por la tarde / se columpian las campanas / invitando a todo mundo a la oración”… y así, este espacio sólo me alcanzó para comentar como es debido sobre el “Día de Los Ángelitos”.

Deseo
Espero disfruten, si es posible en casa, de esta tradición, olviden las estupideces y robos y torceduras de historias, como esa de Coco, película de Disney con la que se embolsó varios millones de dólares, pero que desvirtúo y mezcló tontamente con otras historias, pero aseguró que era “un homenaje a México”, sí, ¿cómo no?, homenaje al capitalismo rapaz; quizá, pero como quiera que sea, disfruten de estas fiestas, con cuidado, con sana distancia y si no salen mejor, la casa es lo mejor.

Que la paz reine en sus hogares

adriancitio@yahoo.com.mx