Alex Gómez
Realmente quisiera muchas cosas de Andrés Manuel López Obrador mañana sábado, que andará en Comitán.
Realmente quisiera que viajara por carretera y le tocara un bloqueo de la caseta en la vía de cuota en San Cristóbal y otro a la entrada de la ciudad, como le toca a usted y a mí.
-Recuerde que la CNTE tiene un plantón indefinido ‘liberando’ las casetas de cuota en Chiapas-.
Realmente quisiera que le tocará otro bloqueo en Teopisca, otro en Amatenango y el último a la entrada de Comitán, como le toca a usted y a mí.
Llegando a Comitán, me gustaría le dieran un recorrido por las zonas intransitables de Comitán, para que, como usted y a mí, le tocara buscar una ruta que por fin lo llevara a su destino.
Me gustaría que le chocara un coche de organización para que en cuestión de minutos, estuviese rodeado por gente que mienta madre, amedrenta y violenta.
Me gustaría que se diera una vuelta por el parque central para que viera cómo está invadido por puestos ambulantes, donde las medidas de sanidad nomás no existen.
Me gustaría que tuviese un contratiempo con la delincuencia y llamara al número de emergencia para que viera en cuánto tiempo lo atienden, como le sucede a usted y a mí.
Sin embargo, el Comitán que seguramente Andrés Manuel verá es un Comitán que no existe.
Es un Comitán con calles muy transitables, es un Comitán donde la gente no está sufriendo y sólo sonríe y aplaude al presidente.
Es un Comitán al que llegará entre bombos, entre platillos, entre aplausos y con rodeado de una seguridad impresionante.
No verá ni de cerca las reales condiciones que guarda el municipio actualmente ni verá la necesidad de la gente.
Así como llega, se irá con una imagen de un Comitán que no necesita intervención, que no necesita más y donde todo marcha bien.
Después el padrino ejecutivo estatal buena gente le dirá al ahijado que dizque administra a Comitán, que su evento le salió muy bien y que lo felicita por tener a Comitán en tan buen panorama.
Quisiera realmente que Andrés Manuel viera la realidad, pero tan acostumbrados estamos a la parafernalia que construyen los presidentes municipales y demás autoridades, que no verá nada de lo malo.
Y, lo que es peor: aunque el presidente lo viera, estoy seguro que en su mente habría otros datos y que todo aquel que se queja, es parte de los que sufren porque el grupo del poder de antaño perdió.
Aun así, qué interesante sería que un presidente de la república viera las reales condiciones de un municipio, más si se trata de Comitán, ¿no?
ADIÓS JAGUAR, HOLA JAGUAR
Este domingo, un jaguar dejará de rugir en la presidencia del Senado, pero empezará a dejar huella por todos los frentes de un Estado.
El fin de semana, Eduardo Ramírez Aguilar estará dejando la silla del Senado donde tanta proyección alcanzó.
Y no, contrario a lo que sus ya pocos malquerientes quieren hacer ver, no significa una derrota o un paso atrás, sino todo lo contrario, significa romper las ataduras que no le permitían caminar como quiere en Chiapas.
Será interesante ver quién lo reemplazará en esa silla y sobre todo, el enorme reto que deja el cositía para el futuro o la futura presidente.
Me explico: el comiteco se convirtió en el operador estrella de muchos de las instrucciones del presidente de todos ustedes.
Logró convertirse en corto tiempo y gracias a su chamba, en el hombre de todas las confianzas de un presidenciable como Ricardo Monreal.
Será interesante ver si el nuevo o la nueva presidente logran pasar un acuerdo sentado en medio de pesos muy pesados como Miguel Mancera o Miguel Ángel Osorio Chong y que, después, estos pesos pesados lo reconozcan de manera mediática.
Será interesante ver si el nuevo o la nueva presidente del Senado logran juntar en un informe de labores a un titipuchal de nombres muy rimbombantes a nivel nacional como gobernadores electos, presidentes de tribunales y una secretaria de gobernación (que ya no es, pero en ese tiempo sí seguía).
Ahora el camino del jaguar negro andará en tierras chiapanecas, donde caminará sin ocultar absolutamente ninguna intención.
Ya lo hizo en un medio de comunicación nacional, ya lo puso de manera pública y gritó a los cuatro vientos que viene a competir por Chiapas, para darle el cambio que el Estado necesita.
Así que el domingo tendrá que hacer los protocolos y cortesías políticas necesarias para cerrar un ciclo allende en la CDMX e iniciar uno nuevo que tendrá un punto de inflexión el 2024 para Chiapas.
Ya se aventó un discurso con muchas directas e indirectas hace unos días que a su vez fue una clara carta de intenciones.
Ya veremos qué logra el nuevo presidente y sobre todo, cómo se desata la ola jaguar en Chiapas, donde muchas de las huestes están listas y aquellas que en su momento dudaron, ahora están haciendo fila para ponerse, otra vez, a las órdenes.
Por ello, este domingo, un jaguar dejará de rugir en la presidencia del Senado, pero empezará a dejar huella por todos los frentes de un Estado.
SOPA DE LETRAS
Es lamentable que la Secretaría de Gobierno y la Fiscalía sigan sin aparecer en Chiapas, porque lo sucedido en Altamirano debería no ser un tema preocupante, sino alarmante para la gobernabilidad del Estado; si ya el mismo Presidente de la República hizo cambios en su gabinete de gobernabilidad y le valió un pepino la paridad de género, qué esperará el gobernador de Chiapas para mandar por un tubo a Cecilia Flores quien no ha hecho absolutamente nada, porque temas álgidos como Carranza o Pantelhó siguen muy calientes y ahora se suma Altamirano; es por decir lo menos, lamentable…
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