TENGO GANAS DE ESTAR SOLA

El aislamiento social ocurre cuando las personas se encierran en sí mismas y se desconectan de la familia, las amistades y la comunidad. Cualquier número de cambios comunes con la edad puede provocar este problema.
Estar solo, o sentirse aislado socialmente, aunque se esté rodeado de gente, perjudica la salud. Así lo afirma un meta-estudio realizado en EE.UU. sobre cómo afecta la falta de relaciones sociales a la longevidad. Además, la soledad y el aislamiento social predicen mejor la muerte prematura entre las poblaciones menores de 65 años.
En algún momento de nuestras vidas, todos hemos sentido la necesidad de estar solos y nos alejamos un poco de quienes nos rodean. Se trata de algo totalmente normal. Sin embargo, cuando este aislamiento es indefinido y la persona deja de mantener todo tipo relación con el resto de su entorno, la situación debe ser vista con atención. Estamos ante un problema de aislamiento social.
La soledad y el aislamiento social pueden parecer muy diferentes. Por ejemplo, alguien puede estar rodeado de muchas personas, pero todavía sentirse solo. Otras personas pueden aislarse porque prefieren estar solos. El efecto sobre la longevidad, sin embargo, es el mismo para los dos escenarios.
La asociación entre la soledad y el riesgo de mortalidad entre la población joven es en realidad mayor que entre la población de mayor edad. Aunque las personas de edad avanzada son más propensas a estar solo y se enfrentan a un mayor riesgo de mortalidad, la soledad y el aislamiento social predicen mejor la muerte prematura entre las poblaciones menores de 65 años.
El aislamiento social, también conocido como “social withdrawal”, se presenta cuando una persona se aleja totalmente de su entorno de manera involuntaria aunque pueda pensarse lo contrario. Esta condición se da en personas de todas las edades. Puede ser una consecuencia de hechos traumáticos de su historia, como haber sido víctima de bullying o como parte de alguna condición médica, como la depresión.

CAUSAS DEL AISLAMIENTO SOCIAL
A pesar de que se han llevado a cabo diferentes estudios para identificar las causas específicas del aislamiento social, la realidad es que estas son muy diversas y dependen de cada situación particular. En algunos casos puede deberse a que la persona ha vivido condiciones anormales en su infancia, como haber sido víctima de acoso escolar.

ADOLESCENTE AISLADO SOCIALMENTE
También puede ser que haya estado bajo una extrema sobreprotección que les impidió relacionarse de forma normal con otras personas de su edad. Generando, de esta forma, una falta de seguridad y conocimiento para establecer nuevas relaciones cuando es adulto.
Otro de los casos se da cuando la persona tiene algún tipo de condición médica que le complica o imposibilita salir. En esta situación, es posible encontrar gente que después de algún accidente médico se aparta completamente del resto de la gente.
También es posible encontrar esta condición en personas que no sufren de una condición médica extrema. Sin embargo, se enfrentan a condiciones médicas que los alejan o generan estereotipos, como algunos trastornos mentales.

CONSECUENCIAS DEL AISLAMIENTO SOCIAL
Quienes viven bajo esta condición suelen enfrentarse a diversas situaciones y problemas, siendo el más común y más grave la depresión. Diversos estudios que se han realizado indican que las personas que viven el aislamiento social suelen tener problemas de aprendizaje, la atención y en la toma de decisiones.
Las personas que se aíslan sufren de una baja autoestima y suelen caer en profundas depresiones.

ADOLESCENTE TRISTE POR AISLAMIENTO SOCIAL
Esto se debe a que cuando no nos relacionamos con nuestro entorno, nuestro cerebro no recibe los estímulos adecuados y no trabaja de la forma adecuada. Por este motivo, las personas que viven en aislamiento social pueden parecer un poco torpes o lentos al momento de tomar decisiones.

¿QUÉ HAGO SI VIVO EN AISLAMIENTO SOCIAL?
Si ya te has dado cuenta de que vives bajo esta condición y realmente quieres salir de la misma, lo primero que debes hacer es buscar los círculos sociales en los que te sientas a gusto y comenzar a visitarlos. Por ejemplo, si te gustan los perros y tienes uno, puedes llevarlo a caminar al parque.
De esta manera, comenzarás a socializar con otros dueños de perros. Para salir del aislamiento social es básico que te abras a nuevas experiencias, que aprendas a salir de tu zona de confort y que te pongas en situaciones nuevas. Indaga en ti y busca nuevas experiencias que te «obliguen» a salir de casa y interaccionar con otras personas. Los primeros pasos puede que sean los que más te cuesten, pero poco a poco irás notando más soltura.

Los principios son complicados
Puede que en un principio no tengas ganas y te resulte muy difícil. Sin embargo, te darás cuenta de lo bien que te sientes al salir de esa zona en la que te sientes tan cómodo, aunque en realidad no sea así del todo. Pues la depresión y la baja autoestima te hacen sentir mal. Sin darte cuenta, irás saliendo de un círculo vicioso en el que has ido entrando casi sin darte cuenta. A pesar de que en ocasiones querrás estar solo, pero comenzarás a valorar la compañía y te gustará salir de vez en cuando.
En realidad, el aislamiento camufla o es la justificación de un motivo mucho más profundo. Descubrirlo y hacerle frente será importante para así poder disfrutar de la vida y ser felices. Todos tenemos la necesidad de interactuar con los demás. Analízate e indaga dentro de ti. Busca qué se esconde detrás del aislamiento: ¿timidez? ¿Inseguridad? ¿Miedo al ridículo? Todo ello está en nuestras mentes y, en realidad, no existe. Son pensamientos creados desde experiencias, pero significa que sean reales, solo que nos los hemos creído.
El aislamiento social extremo es posible debido a las nuevas tecnologías. Gracias a ellas no necesitamos ir a la compra ni salir de casa para absolutamente nada. Todo nos lo pueden traer a nuestro hogar. Pero esto, no es positivo.
Así pues, es hora de salir ahí fuera a interactuar, a comernos el mundo y dejar el aislamiento social de lado. Porque una cosa es querer estar solo para desconectar y bucear en nosotros mismos y otra, muy diferente, no ser capaces de relacionarnos con nadie. Es en este último caso en el que debemos hacer un esfuerzo y comenzar a levantarnos y a caminar, sin prisa, pero sin pausa. ¡Adelante, no tengas miedo!

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